Cómo hacer la mejor lubina a la plancha:
La lubina a la plancha es una receta de pescado súper sencilla de hacer, económica, rápida y muy saludable. A pesar de tener una elaboración muy básica, requiere dominar algunos truquillos para conseguir que nos quede un plato perfecto.
La lubina o róbalo, es un pescado blanco de mar. En el aspecto gastronómico es similar a la dorada, ya que tiene bajo aporte calórico, es rico en vitaminas del grupo B y ácidos omega 3. La diferencia entre ambos pescados es que la lubina es algo menos calórica y menos grasa, también tiene una textura más firme y menos clara que la dorada.
Físicamente, la lubina es más alargada que la dorada, su morro no mira hacia abajo y tiene dos aletas dorsales. Su color es gris plomizo, es más oscuro en la parte dorsal y plateado en los laterales. El mejor momento para comprar lubina salvaje son los meses de otoño frío (noviembre o diciembre), aunque la realidad es que podemos disfrutarla en cualquier época del año gracias a la acuicultura.
La clave para hacer una buena lubina a la plancha es hacerla el tiempo adecuado. Si nos pasamos con el tiempo de cocción, nos quedará muy seca. Lo normal es dejarla unos 3 minutos por cada lado para un tamaño medio de lubina.
Te recomendamos que lo cocines a la plancha con su piel. En este caso, si queremos que los comensales se la coman y no se la dejen en el plato, tenemos que conseguir que quede crujiente, doradita y sabrosa, evitando que quede cocida y blanda. Hemos dedicado un apartado para contarte cómo conseguir una piel crujiente. Además de para prepararla a la plancha, te recomendamos otras opciones para hacer la lubina, por ejemplo, una lubina al horno con arroz de guisantes, al horno con patatas, almejas y manzana, o a la sal. Veamos ya, cómo preparar una lubina a la plancha.
Receta de lubina a la plancha
Preparación paso a paso de la lubina a la plancha
- Primero de todo, la lubina debe estar limpia. Descamada, sin cabeza, sin vísceras y sin espinas. Vamos a cocinar los dos lomos por separado. Una lubina de unos 400 gramos después de limpiarla podría quedarse en unos 250 gramos.
- Antes de empezar, conviene atemperar el pescado antes de empezar a cocinarlo. Para ello sácalo del frigorífico un rato antes. Como si fueras a cocinar un filete bueno de carne.
- Para suavizar la carne y no cocerla, es interesante quitarle algo de agua. Para ello, sálalo por ambas caras y por la piel y déjalo un rato para que expulse agua.
- Antes de empezar a cocinarla, sécala bien con papel de cocina. Pon a calentar la plancha o sartén a fuego medio-fuerte En vez de poner aceite en la plancha, puedes "pintar" los lomos con aceite de oliva. Es una manera de evitar que se nos pegue si la superficie no es suficientemente antiadherente. Hazlo también en la parte de la piel. También le ponemos sal (y pimienta si quieres).
- Ponemos el pescado en la plancha (primero por la parte de la piel) y dejamos que se haga por cada lado unos 3 minutos. No muevas los lomos hasta que no hayan terminado de hacerse por cada lado. Aplicando presión con una espátula puedes ayudar a que se marque más y se dore la superficie, sobre todo la de la piel. Una vez cocinados los dos lados, retiramos el pescado y los servimos en un plato.
La lubina queda espectacular, la mejor que he hecho nunca, espero que te salga igual de buena. El gran truco es cocinar 3 minutos por el lado de la piel para que quede crujiente, pero por el otro lado solo 2 minutos para evitar que quede seca, aunque dependerá del tamaño de los filetes.
Por otro lado para evitar que quede demasiado salada, solo debéis añadir la sal para quitar el agua y antes de cocinar la pimienta (que es opcional) sin añadir más sal. Así te quedará perfecta.
Conseguir una piel crujiente
- Para conseguir que la piel quede crujiente, es necesario secarla a la perfección antes de cocinarla. Si la introducimos en la parrilla o sartén sin secarla, acabará por cocerse y con la piel muy blanda. Utiliza papel absorbente de cocina para secarla.
- Antes de poner el pescado al fuego, cuando lo sazonamos, hazlo también por el lado de la piel.
- Una vez en la plancha, empieza haciendo la parte de la piel. Trata de no mover el pescado una vez esté haciéndose. Tienes que esperarte a que se haya dorado, cuando esté lista, podrás despegarla con una espátula sin que se quede pegada.
Seguro que te ha quedado una lubina muy sabrosa. Ahora toca prepararle alguna guarnición. En este caso, te recomendamos un arroz blanco, un puré de patatas o una ensalada fresca de tomate. Pero también podéis acompañar vuestra lubina con verduras asadas, simplemente deliciosa. Podemos acompañar el pescado con un chorrito de limón por encima o con una salsa verde. ¡Buen provecho!
Consejos para una lubina a la plancha de rechupete
- Como hemos dicho, la lubina es un pescado económico que normalmente se compra de piscifactorías. Te recomendamos probar también ejemplares salvajes en los meses fríos de otoño. Su carne suele ser menos blanda pero más sabrosa. Puedes pedirle en tu pescadería de confianza que te prepare la lubina para hacer a la plancha, te la limpiará y te dejará los lomos directamente con su piel.
- Si la lubina es muy grande, hazle unos cortes en la piel de la dorada para que no se enrolle.
- Cuando estés haciendo la piel a la plancha, aplica algo de presión con la espátula o con la mano para que no se encoja mucho.
- Es muy importante controlar el tiempo de cocinado. Aunque hemos dado un tiempo aproximado de cocción (3 minutos por cada lado) va a depender mucho del tamaño de tu pieza y de tu cocina. La temperatura a la que debería estar la plancha es de 170-180º C. Al final, la práctica hará que consigas el punto de cocción que más te guste.
- No dejes de echarle un vistazo a nuestros consejos para cocinar pescado a la plancha sin que se te pegue. Y también revisa como conseguir un pescado fresco de calidad. En el caso de la lubina, fíjate bien en el color blanco y plateado de su vientre. Cuanto más intenso más fresca estará.
- Guárdala en la nevera en cuanto llegues a casa y, si no tienes pensado consumirla en el mismo día, nuestra recomendación es que congeles cuanto antes para evitar que se ponga mala o pierda sus propiedades.